08 de gener 2011

YABUSAME, ARQUERO SAMURAI A CABALLO

El Yabusame se remonta al Período Kamakura (1192 – 1336) y era un ritual ofrecido a los Dioses. Consistía en una competición en la cual un arquero montado lanzaba su caballo en veloz carrera durante la cual debía disparar tres flechas y acertar a tres blancos.

Cada una de estas bellas flechas tenía en la punta un objeto en forma de bola, llamado Kabura, el cual producía un silbido cuando la flecha volaba por el aire y en la cola tenía plumas

La Kabura representa al sol, la pluma representa la tierra, y acertar al blanco con la flecha representa la armonía entre el cielo y la tierra, una unión natural y un lazo entre todas las cosas que esperamos y por las que rogamos para el presente, y su corazón representa la paz y prosperidad, coexistencia y prosperidad mutuas.

Los clanes poderosos ejercían protectorados en diferentes áreas o gobernaciones feudales, en ellas realizaban competencias de sus artes marciales, según un antiguo escrito, presentando sus técnicas en honor a los Dioses en un gran Templo Sintoísta.

Hay varias escuelas de Yabusame, pero en el presente las principales son Ogasawara y Takeda.


EL ARCO JAPONÉS O YUMI.

1.- Introducción

El empleo del yumi (arco) es muy anterior al de la katana y fue precisamente su uso a caballo, disciplina conocida como kyba no michi, donde el samurai empezó a forjar su leyenda de gran guerrero.

Disparar flechas al galope puede parecer una cuestión sencilla pero, como veremos en este artículo, es una maniobra muy complicada que se ve seriamente afectada tanto por la morfología del caballo como por el diseño de la armadura. Estos dos elementos condicionaron notablemente tanto el diseño del arco como la dinámica de tiro haciendo que el estilo japonés, pese a no ser el más efectivo, sea el de mayor belleza plástica y el que más destreza requiere .

2.- Un arco asimétrico y muy largo.

El arco japonés es un arma de gran tamaño, entre 215 y 245 ctm, y aunque esto ya es en si muy inusual (solo el viejo longbow ingles se acerca a estos guarismos) lo que realmente lo convierte en un arma única es su asimetría ya que la flecha no se coloca en el centro del arco sino, aproximadamente, en el primer tercio inferior de este.
El gran tamaño ayuda a que la maniobra de tensado requiera menos esfuerzo físico y eso permite al arquero armarlo con más facilidad pero sobretodo aguantar más tiempo con la flecha lista incrementando así el tiempo que puede dedicar a apuntar.

La asimetría venía impuesta por la montura ya que con su tamaño si la fechase colocase en el centro del arco el extremo inferior de este golpearía en el caballo haciendo imposible el disparo.

Su uso militar fue a caballo (yabusame) y a pie (kyujitsu). Gran parte de la tecnología desarrollada para este arma se centraba más en el proyectil que en el propio arco, diseñando distintos tipos de puntas de flecha con propósitos específicos. Dentro de la corriente de modernización de las artes marciales de Japón, el arte del kyujitsu se ha transformado en el kyudo, fuertemente vinculado a la doctrina Zen, que se ha convertido en la última manifestación de esta tradición de tiro con arco, a salvo de localizadísimos festivales rurales en los que aún se practica yabusame

Imagen

3.- Composición

El arco tiene una estructura laminar y aunque en un primer momento, guerras Gempei, eran fabricados con madera de árbol caduco reforzado con bambú posteriormente se uso solo este ultimo elemento tanto para la fabricación como para el refuerzo.
Las cualidades adhesivas del pegamento no eran muy buenas ni la resistencia al agua adecuadas y eso hizo que se emplease Junto de Indias y un lacado natural purificado denominado urushi que hacia que el arco pudiese resistir los embates de las duras condiciones climáticas. Pese a ello ni el arco ni las armaduras estaban diseñadas para combatir bajo la lluvia y mientras los primeros perdían tensión y eficacia las segundas, por la acción del agua en los cordajes, se volvían pesadas e incómodas.
La cuerda del arco, parte fundamental del arma, estaba fabricada con fibra vegetal, por lo general de cáñamo o ramiro, y estaba recubierta de cera natural para aumentar su resistencia y para hacerla más lisa. La tensión que producía era máxima y eso hacia que en ocasiones fuese necesaria la ayuda de varias hombres para montarlo, que no para armarlo.

El ya (flecha) era de bambú y su fabricación culminaba con la colocación de tres plumas de águila o halcón en su cola (en ocasiones se empleaban plumas de cisne o de ganso). Dichas plumas, como ocurre en otras culturas, servían para dar estabilidad al ya durante el vuelo y para ello le impriman un giro que podía ser tanto de derecha a izquierda como de izquierda a derecho. Cada "ya" tiene un género (masculinas "ya" se llaman "haya"; femeninas "ya" son "otoya"); creado de las plumas de los lados alternos del ave, "hayaya" giran conforme a las manecillas del reloj y las "otoya" del lado contrario. La "haya" es la primera en ser tirada.

El arquero o "Kyūdōka" llevan un guante en la mano derecha, llamado "yugake". Hay diferentes estilos de "yugake", pero típicamente están hechos de piel de venado. Los practicantes pueden elegir entre un guante duro (con un endurecido pulgar) o un guante suave (sin el pulgar). Hay diferentes ventajas en ambos

Imagen

4.- La maniobra de tiro

El arquero japonés a caballo, por las limitaciones ya citadas (armadura y montura), solo podía disparar desde el lado izquierdo del caballo, de forma perpendicular a la línea de desplazamiento de este y en un arco cerrado de unos 45 grados, esto es, entre las 9 y las 11 si seguimos el código del reloj que se emplea en la orientación militar moderna.

La dinámica de tiro era única y estricta y empezaba levantando el arco por encima de la cabeza para salvar al caballo. Echo esto se comenzaba a bajarlo lentamente mientras se separaban ambas manos extendiendo la izquierda casi por completo y llevando la derecha hacia atrás hasta casi tocar la oreja momento en el que el arquero podía efectuar el tiro.
Conseguir un blanco en estas condiciones era difícil y eso hacia necesario que el arquero fuese sometido a innumerable horas de entrenamiento en las cuales se pasaba a pleno galope junto a una línea de pequeños tacos de madera redondos que ejercían como blancos. Esta práctica recibía el nombre de yabusame y ha llegado hasta nuestros días convertida en disciplina deportiva y de competición.

Tener buenos resultados en el yabusame no implicaba tener éxito en campaña ya que durante el combate además de tener que disparar sobre un blanco móvil este devuelve el fuego sobre el arquero reduciendo la concentración de este y las posibilidades de acierto.

5.- Un arma poco mortífera.

Aunque pueda parecernos un arma contundente el arco, sobretodo con el empleo de armaduras, no era un arma muy mortífera y se conservan varios relatos en los que se describen samuráis desplazándose por el terreno de batalla con más de una docena de flechas clavadas y quebradas.
Las batallas se decidían siempre en la confrontación cuerpo a cuerpo y/o a caballo empleando la katana y el tanto no obstante todas las contiendas empezaban con un intercambio de flechas en el que parte de estos proyectiles habían sido modificados para que emitiesen fuertes silbidos que tenían por objeto llamar la atención de los kamis (dioses).

El arco fue usado también con profusión por los ashigaru, tropas regulares de infantería, hasta que estos fueron dotados de arcabuces siglos después pero su técnica de disparo era muy diferente ya que sujetaban el arco horizontalmente.

6. – El kyudo

Hoy en día existe una práctica deportiva de tiro con arco denominada kyudo que pese a practicarse de pie y no a caballo puede considerarse como uno de los herederos del arte de lucha samurai.

Se trata de una disciplina donde todo está reglado y donde cada movimiento ha sido estudiado y medido y donde nada se improvisa.

Kyūdō (弓道:きゅうどう, Kyūdō), que literalmente significa "camino del arco", es el arte japonés de la arquería. Es un arte marcial japonés (gendai budō); no debe confundirse con el Yabusame, que es el tiro con arco a caballo, ni con el Kyu jutsu, que es únicamente la técnica del tiro. Se estima que existen aproximadamente medio millón de practicantes del kyūdō; es practicado por hombres y mujeres de todas las edades. El kyūdō es un deporte curioso en el sentido de que una persona puede dominar el arte a los 90 o incluso los 100 años de edad.

Propósito del Kyūdō

Imagen
ImagenEn su forma más pura, el kyūdō es practicado como un arte y busca el desarrollo moral y espiritual del individuo. Muchos arqueros lo ven como deporte, pero la meta que los más devotos practicantes esperan alcanzar es "seisha seichu", "tiro correcto es golpe correcto". En el kyūdō, lo deseado es la acción única de expansión ("nobiai") que resulta en un tiro liberado naturalmente. Cuando el espíritu y el balance del tiro son correctos, el resultado es que la flecha llega al blanco. Abandonarse a sí mismo completamente en el tiro es el objetivo espiritual. A este respecto, muchos practicantes creen que la competitividad, la reexaminación y cualquier oportunidad que coloque al arquero en esta situación es importante; por el contrario, hay otros que evitan las competencias y examinaciones de cualquier clase.

ImagenEl Yabusame fue diseñado como una manera de agradar y entretener a la multitud de dioses que velan por Japón, estimulando sus bendiciones para la prosperidad de la tierra, la gente, y la cosecha.
Un arquero de yabusame galopa hacia abajo en una pista de 255 metros de longitud a alta velocidad. El arquero principalmente controla a su caballo con las rodillas .


A medida que se acerca a un objetivo, apunta su arco y la flecha es apoyada junto a su oreja antes de dejar volar la flecha con una nota profunda de In-Yo-En-Yo (luz y oscuridad). La flecha es contundente y de forma redonda a fin de hacer un sonido más alto cuando golpea la diana.

ImagenArqueros experimentados pueden utilizar las flechas con puntas en forma de V. Golpear a los tres objetivos se considera un logro admirable. El Yabusame se ha diseñado para reproducir el ritual de destino óptimo para dar un golpe mortal a un oponente que llevaba una armadura completa samurai (O-Yoroi) en la cual quedaba un espacio justo debajo de la visera del casco desnudo.
Ser seleccionado como un arquero yabusame es un gran honor. En el pasado, eran elegidos entre los mejores guerreros. El arquero que realiza el mejor disparo recibe una tela blanca, lo que significa favor divino.
ImagenCon la llegada de los portugueses y sus armas de fuego en la mitad del siglo XVI, el tiro con arco comenzó a perder su importancia en el campo de batalla. En la Batalla de Nagashino en 1575, grupos de arcabuceros a las órdenes de Oda Nobunaga y Tokugawa Ieasu dispararon sus armas de fuego en salvas y prácticamente aniquilaron las cargas de caballería del clan Takeda.
El arquero a caballo fue revivido en el Periodo Edo (1600-1867) por Ogasawara Heibei Tsuneharu (1666-1747) bajo el mando del shogun Tokugawa Yoshimune (1684-1751). Teniendo en cuenta que la nación estaba en paz el tiro con arco, así como otras artes marciales militares se hizo más como un método de desarrollo personal que como un entrenamiento militar.
ImagenYabusame se lleva a cabo en distintos momentos del año, generalmente cerca de Sintoísta santuarios. En mayo, el Kamo no Matsuri Tradicionalmente, incorpora demostraciones de tiro montado con arco (yabusame).


CABALLOS

ImagenLa mayoría de los caballos japoneses son descendientes de las importaciones chinas y coreanas, y hubo algunos cruzamientos con caballos indígenas que existían en Japón desde la edad de piedra.
Aunque los registros de los caballos en Japón datan del Período de Jomon, Que jugaron poco o ningún papel en la agricultura japonesa temprana o los conflictos militares hasta que los caballos del continente se introdujeron en el siglo IV.
ImagenLos samurai lucharon como caballería durante muchos siglos; y los caballos fueron utilizados principalmente como animales de tiro y para la guerra. Entre la aristocracia, algunos fueron especialmente reconocido por su equitación.
Los samuráis eran particularmente expertos en la materia de la utilización de tiro con arco a caballo.
ImagenEn la pre -Meiji Japón, los caballos sólo se consideraron en un contexto de guerra. Las mujeres japonesas no montaba a caballo porque el caballo estaba reservado para los guerreros samurai.
Desde 1958, una estatua de un caballo en Santuario Yasukuni ha reconocido las contribuciones de los equinos en japonés acciones militares . Otros monumentos públicos en diversos lugares de Japón conmemoran los caballos en la guerra de Japón, por ejemplo, la Nogi Santuario en Kyoto.

Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen Imagen

Artículo extraido del blog de Pedro Adolfo Rodríguez Díaz  SAMURAI - BUSHI

08 de desembre 2010

II JORNADES MEDIEVALS A FAVOR DE LA MARATÓ 2010: LA PREPARACIÓ

Aquest serà el tema que centrarà la pròxima edició de La Marató de TV3, que se celebrarà el diumenge 19 de desembre. Divulgació, sensibilització i entreteniment es combinaran per obtenir els fons que ens permetran donar un important impuls econòmic a la investigació en lesions medul.lars i cerebrals adquirides, per buscar els mètodes i tècniques que puguin arribar a curar els afectats o millorin de manera significativa la seva qualitat de vida.

Els fons recaptats a La Marató 2010 permetran avançar en la investigació sobre lesions medul.lars i cerebrals adquirides

Lesions medul.lars adquirides

La medul.la espinal - que forma part del sistema nerviós central - és la via principal per on el cervell rep informació de la resta de l'organisme i envia les ordres que regulen els moviments.

Quan aquesta comunicació es trenca, es produeix paràlisi de la mobilitat voluntària i absència de sensibilitat per sota de la zona afectada. Aquesta paràlisi també provoca la manca de control sobre els esfínters de la micció i de l'evacuació intestinal, trastorns en el camp de la sexualitat, de la fertilitat, així com risc d'altres complicacions.

L'origen de la lesió medul.lar pot ser divers, però La Marató de TV3 es centrarà en les lesions adquirides de manera sobtada. Segons si la lesió és completa o parcial, i en funció del nivell en què es produeixi, les conseqüències seran més o menys greus.

Lesions cerebrals adquirides

Determinades àrees del cervell són les responsables del moviment, de les sensacions i percepcions, de les emocions i de la conducta i són la seu de les funcions mentals superiors: atenció, memòria, llenguatge i intel.ligència. Qualsevol dany cerebral pot afectar poc o molt aquestes funcions.

Com succeeix en les lesions medul.lars, les lesions cerebrals poden ser provocades per diverses causes, però seran només les que tenen un origen sobtat les que es tractaran al llarg del programa de La Marató.

Cal destacar que el traumatisme cranioencefàlic és un dels principals problemes de salut en els països desenvolupats, tant per l'elevat nombre de morts que ocasiona, com pel de persones que, com a conseqüència de les seqüeles que comporta, queden amb algun tipus de discapacitat , funcional i / o cognitiva.

En vista d'això fa dies que ja preparem les II JORNADES MEDIEVALS a favor de La Marató amb algunes novetats respecte a l'anterior edició. Una d'elles serà la batalla medieval entre dos exèrcits perfectament armats.

Les habituals zones de jocs, tir amb arc, exposicions, taverna, etc. seguiran estant presents en aquesta edició


CARTELL 2010


PROGRAMA DE ACTIVITATS




05 de novembre 2010

LA SELVA DEL CAMP 2010

- 31 DE DESEMBRE 2010 -

Seguint l'estela d'esdeveniments medievals d'aquest 2010 ens trobem aquesta vegada en el 31 de novembre, diumenge, un dia abans de la festivitat de Tots Sants a la localitat de la Selva del Camp (Tarragona). Però per fer la crònica sencera hem de remuntar dos dies abans concretament al divendres a la tarda.

Per a aquest esdeveniment vam requerir de la col.laboració dels nostres bons amics de A.C.H.A. (Associació Cultural Històrica Aragonesa) i per no fer-los viatjar per estar sol un dia vam organitzar unes visites de caràcter cultural per fer-los més amena l'estada entre nosaltres.

Centrem el nostre campament base al poble de la meva dona, La Joncosa del Montmell on vam demanar asil per poder dormir i menjar de divendres a diumenge i el seu Ajuntament molt amable ens va cedir dues sales una per àpats i festes i l'altra per dormir. Des d'aquí el nostre més profund agraïment per tota la col.laboració prestada.

Així que ja ens teniu el divendres comprant menjar, preparant taules i organitzant els llocs on poder dormir esperant l'arribada dels nostres amics. Ja amb tot preparat van començar a arribar. Salutacions, abraçades i rialles dominaren els primers minuts de la seva arribada i la resta del temps ho vam passar sopant, escoltant música, ballant, explicant acudits i fent imitacions i jocs diversos.

El matí del dissabte va començar fred doncs ens vam aixecar aviat per seguir una improvisada ruta que ens va portar a visitar diversos llocs. Vam començar veient La Giralda de l'Arboç, replica a escala de la famosa Giralda de Sevilla construïda pels anomenats indians, gent que va fer diners a Amèrica i va tornar a Espanya amb riqueses.

Seguim després veient el castell de Castellet i la Gornal que s'alça majestuós a peus del pantà de Foix.

Ja amb el temps més càlid ens vam dirigir a visitar el castell de Bellvei, un castell abandonat, o millor dit, les restes que semblen ser d'alguna part del mateix. De construcció, segons sembla, també indiana.

La ruta seguia i ens dirigirem rabents fins al meu poble natal, cap al meu estimat poble de l'Espluga de Francolí on he passat més de la meitat de la meva vida. Allà vam començar veient l'exterior de les dues esglésies d'època medieval emplaçades al centre del poble gairebé una davant de l'altra per després dirigir-nos a veure el Museu de la Vida Rural. Un museu que és preciós i que contràriament al seu nom és molt modern i equipat. Allà es poden trobar tots els oficis antics i artesanals propis de la vida rural que ara s'estan perdent així com totes les eines i estris pertanyents als mateixos.

La fauna i flora de la comarca també estan presents en el seu interior i a més una bona col.lecció d'imatges de ceràmica amb motius tradicionals que representen la vida quotidiana i una varietat del món pessebrista català. Dos edificis, vuit plantes i nombroses sales que van fer les delícies dels nostres amics aragonesos.

Seguidament i seguint a l'Espluga de Francolí vam visitar la Cova de la Font Major, una enorme cova de conglomerat de més de set quilòmetres de llargària coneguts que la converteixen en una de les més grans del món quant a la seva composició que com hem dit és el conglomerat.
Rep el seu nom perquè és on neix el riu Francolí que dóna nom al poble. D'aquesta cova de moment només és visitable uns 500 metres ja que després s'estreny i només pot ser recorreguda mitjançant vestits de neoprè i amb immersió en algun dels seus trams. La part visitable de la cova s'ha convertit en museu on s'explica d'una banda la vida dels primitius pobladors neolitics que van començar a viure-hi i les restes trobades en ella i d'altra banda com esta generada, la composició de la mateixa i el seu recorregut.

Va ser un matí interessant i esgotador de visitar tantes coses i encara ens quedaven més llocs per visitar que havíem reservat per anar a la tarda com era el Monestir de Poblet i les muralles de Montblanc. Així que per afrontar aquesta darrera etapa vam anar a recuperar forces al restaurant El Gatim on bones viandes, bons vins i l'exquisida atenció de la Cristina, la seva propietària i bona amiga, va fer que la nostra recuperació fos completa.

Fet això vam agafar la direcció de Poblet que es trobava a uns escassos tres quilòmetres d'on vam menjar i a mesura que ens anàvem apropant s'anaven il.luminant els rostres d'alguns dels membres de A.C.H.A. que tenien veritables ganes de visitar-lo i veure les tombes dels reis en especial la de Jaume I el Conqueridor.

Seguidament i després d' unir-se a nosaltres més membres de A.C.H.A. nouvinguts d'Osca vam visitar les muralles de Montblanc i ja cansats vam tornar al nostre campament base de la Joncosa.

A la nit poques rialles hi ha dormir aviat ja que es notava el cansament entre els nostres convidats i en nosaltres mateixos i el diumenge, dia de l'esdeveniment, s'havia de matinar bastant.

Després de carregar els estris necessaris per al medieval als cotxes el diumenge al matí ens vam dirigir a la Selva del Camp on fa ja anys que ens conviden a participar en el seu mercat medieval. Després de descartar una primera temptativa de pluja matinera que amenaçava al cel del qual van caure breus gotes vam esmorzar junts en un bar de la localitat per després dirigir-nos a una plaça on vam muntar la nostra zona de tir amb arc i exposició d'armes.

Quan ja vam tenir tot muntat els membres de ARCOFLIS i A.C.H.A. desfilàrem junts pels carrers del mercat al so dels tambors que tan mestrament feien sonar els nostres timbalers Joan i Elisa.

Una vegada finalitzada la desfilada els membres de A.C.H.A. es van dedicar per complet a l'exposició d'armament i a explicar a quant curiós s'interessés pel tema el funcionament de tal espasa, casc o part de l'armadura.

I nosaltres, al nostre, al tir amb arc, ensenyant les tècniques del bon arquer a tot aquell que volgués provar la seva destresa en l'ús de l'arc o que volgués per un moment experimentar la sensació de tirar unes fletxes per primera vegada.

Com que el nostre grup ARCOFLIS és solidari amb La Marató de TV3 en la recaptació de fons per a la investigació de diverses malalties vam penjar, amb aquesta finalitat, una immensa pancarta i al costat dels nostres companys recaptar alguns diners a aquest efecte i vam repartir programes de les II Jornades Medievals a favor de La Marató, esdeveniment medieval que organitzem a Vilafranca del Penedès des del 2009 i que explicarem en breu doncs això ... és una altra història


Més fotos de l'esdeveniment a:

27 de setembre 2010

ARTASONA 2010

Y como no hay dos sin tres, después de Salou y Moyuela, a la semana siguiente volver a cargar los bártulos de nuevo y dirigimos al evento medieval de la villa de Artasona situada en el término municipal de El Grado, provincia de Huesca.

Artasona es un pueblo pequeño, de unos pocos centenares de habitantes, sus calles estrechas y sus viviendas ese encuentran a las faldas de su castillo. Pueblo con historia y con encanto aún conserva rastros de su pasado medieval.

El Castillo

El castillo de Artasona se encuentra en la localidad del mismo nombre. Aparece documentado en el siglo XI y Las primeras referencias históricas que disponemos son de 1087, cuando Sancho Ramírez encargó a Sancho Aznaréz de Perrarúa y Pepino Aznárez de Alquézar construir el castillo y repoblar el lugar. Alfonso I le concedió fuero de población en 1134, encargando la tenencia del castillo a Pedro Romeo. En 1261 Jaime I lo incluyó en la baronía de Ayerbe.

A mitad del siglo XV pertenecía a Miguel de Gurrea, y tras su muerte pasó a formar parte del patrimonio de su hermano, barón de Gurrea. En 1464 fue vendido a los Gurrea de Argavieso. Después paso al secretario de Fernando “el Católico”, aunque después su hija, Aldonza, lo reintegró a la baronía de de Gurrea, cuando se caso con su titular. En los Gurrea se mantuvo hasta el siglo XVIII.

En la guerra de Independencia fue tomada por los franceses quienes lo dinamitaron cuando lo abandonaron.

Actualmente se encuentra en estado de ruina progresiva y es de acceso libre. El castillo esta bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Descripción:

Situado sobre una elevación sobre el despoblado, los restos de la fortificación que debía ser de grandes dimensiones, con un edificio señorial, de estilo gótico, de planta triangular de 40 metros de lado, flanqueada por un torreón cilíndrico en cada uno de sus vértices. Pero actualmente sólo son apreciables los de la fachada principal, habiendo troneras para piezas de artillería.

Toda la obra es de mampostería recubierta con sillares, destacando la puerta de ingreso, en arco apuntado adornado con molduras góticas.

Para nosotros Artasona se nos presentaba como una gran desconocida, era la primera vez que ARCOFLIS en su largo currículum haría volar sus flechas en tierras oscenses. Nada más llegar nos dimos cuenta de que se trataba de un pueblo pequeño pero con encanto y durante y en los días que estuvimos en él ampliamos nuestra primera definición añadiendo con gente encantadora y de buen hacer ya que se portaron estupendamente con nosotros.

Partimos de Vilafranca del Penedès el viernes envueltos entre rayos, truenos y una incesante lluvia para llegar a Artasona al filo de la medianoche. Allí nos esperaban algunos miembros de A.C.H.A. que se habían montado una pequeña fiesta con algunos de los habitantes del pueblo. Tras los saludos, una vez aparcado el remolque y dejado nuestros enseres en la sala habilitada para dormir, nos unimos a la fiesta hasta bien entrada las ... bueno, que era muy tarde

La mañana apareció soleada y presagiaba un gran día. Perezosamente pero puntuales a nuestra hora nos levantamos de nuestras camas para ir prestos a desayunar a casa de Carmen, una compañera de A.C.H.A., dónde su familia nos acogió muy bien y nos trataron de maravilla los dos días que estuvimos invadiendo su casa. Y así, sentados a la puerta de su casa con la panza llena y más despiertos vimos como los artesanos acababan de dar sus últimos retoques a sus puestos y los músicos de Esfuria Tronadas inauguraban el mercado con sus melodiosos ritmos.

A trabajar toca, de un escenario que había en la plaza montamos dos zonas, una propiamente de tarima y otra a la que le colocamos un toldo encima y serviría de exposición de armas en las que A.C.H.A. efectuaría los "vestires del caballero" en la primera y darían todo tipo de explicaciones e información sobre armas y vestuario en la segunda.
Una vez montado todo procedieron a vestir al caballero. En este caso se trataba de vestir y explicar que tipo de ropa, complementos y armas llevaba un caballero en el siglo XIV. La gente que observaba no perdió ningún detalle de la explicación y asombrándose por el hecho de como una persona podía llevar tanto peso encima con tanto metal como suele ser al llevar una armadura y poder moverse y luchar con ella.


Seguidamente llegó la hora de comer. Una suculenta comida llenó nuestros estómagos de nuevo cargándolos con energías renovadas ya que la tarde iba a ser movida. Nos tocaba lo nuestro, el tiro con arco. Pronto montamos el muro de protección con balas de paja a modo de para-flechas y nos pusimos a practicar un rato con nuestros arcos. Una vez creada la zona de tiro y utilizando globos como diana procedimos a enseñar y dejar tirar a cuantas personas quisieran probasen la sensación de lanzar flechas con un arco. Agradablemente sorprendidos nos quedamos de la buena puntería de la que mucha gente izo gala. Para los niños más pequeños habilitamos también otra zona de tiro pero con flechas sin punta para que no pudieran disfrutar sin hacerse daño.

Acabado nuestro tiempo y para dejar espacio a una nueva actuación desmontamos y recogimos nuestro material. En esta ocasión los miembros de A.C.H.A. se preparaban para realizar dos exhibiciones de combates entre caballeros utilizando diversas armas y que fueron muy aplaudidos por el público asistente.


Entre charlas y refrescos esperamos a que el Sol dejara su lugar de privilegio a la noche y a su estrella la Luna bajo la cual repartimos antorchas entre los asistentes que en comitiva y tras los sonoros tonos de Esfuria Tronadas nos condujeron a la cena de hermandad con el pueblo de Artasona. Otra excelente comida precedida de una entrega de diplomas de agradecimiento por parte de A.C.H.A. que fueron entregados a las persona y entidades que habían hecho posible la realización del evento medieval. Entre ellos uno de los diplomas fue a parar a manos de ARCOFLIS. Nuestro más sincero agradecimiento.

Y nada, salimos de la cena para ir junto con los habitantes del pueblo a la plaza central, en la que se había instalado la taberna, para seguir con los músicos y con nuestras charlas hasta la muy lejana hora de ir a dormir pues algunos ciertamente fuimos los últimos en tal empeño.


El domingo por la mañana tuvo casi la misma rutina que el sábado, quizás más lenta debido en parte al cansancio general que había en el pueblo por trasnochar. Lo cierto es que como el día anterior montamos la exposición de armas y preparamos el escenario para hacer el vestir al caballero. Primeramente se vistió a un caballero templario del siglo XIII que fue muy fotografiado y vitoreado ya que el modelo a vestir era un joven de la misma población. Posteriormente se vistió a un caballero del siglo XIV con su armadura completa mientras que en la exposición de armas no paraban de dar explicaciones sobre tal espada o cual yelmo se utilizaban en cada época, etc, etc.

Ello nos llevo otra vez a la comida, a dejar de nuevo el siglo XIII y volver al XXI, a recoger y cargar nuestros enseres en los coches, a volver a despedirnos de nuestros amigos, compañeros y nuevas amistades hechas en el pueblo y empezar nuestro camino de regreso a nuestras casas llevándonos de Artasona (aparte de sus apreciados productos gastronómicos) un pedacito de ella en nuestro corazón y un gran recuerdo que esperamos repetir en breve.



Más fotos del evento en:

26 de setembre 2010

EL ARCO INGLÉS: LEYENDAS ALREDEDOR DE TAL FAMOSA ARMA

Archivo:Battle of crecy froissart.jpg
Entre las hazañas más impresionantes de la historia militar se cuentan sin duda las victorias que los ingleses consiguieron con sus arqueros contra los caballeros franceses. En los inicios de la Guerra de los Cien Años, el rey Eduardo III había contado con el refuerzo de muchos nobles alemanes y sus mercenarios para su planeada invasión del norte de Francia. Pero como los franceses no presentaban batalla y los ingleses tampoco conseguían conquistar ninguna ciudad, el único resultado de estas campañas era la simple devastación. Los servicios de los caballeros alemanes le salían tan caros a Eduardo, que éste tuvo que prescindir de ellos para reducir unos costes hasta entonces ruinosos. Para la preparación de su incursión en Normandía en 1346, Eduardo reclutó, junto a los caballeros ingleses y gascones, a un gran número de arqueros, cuya enorme ventaja era que resultaban muy económicos. Mediante constantes saqueos – que probablemente tenían la función de completar el escaso sueldo de la soldadesca-, los ingleses consiguieron atraer por fin la atención de las tropas francesas pero, a la vista del impresionante ejército que el rey de Francia había conseguido reunir, los ingleses prefirieron retirarse con su botín a Flandes.

Perseguidos cada vez más de cerca por los franceses, y con la marcha ralentizada por el peso del botín, Eduardo decidió erigir una buena posición de defensa sobre una colina de Crécy y se dispuso a esperar el ataque de sus perseguidores. Los caballeros franceses estaban tan seguros de su victoria que no trataron de utilizar sus ballesteros genoveses como hubiera sido lo razonable, ni intentaron posicionar sus propias tropas. Atacaron nada más llegar al campo de batalla. Quince o dieciséis intentos de ataque fueron rechazados por los arqueros ingleses, con un resultado final de más de mil caballeros y nobles franceses muertos sobre el campo de batalla, mientras los ingleses contaban con bajas insignificantes. Cuando el ejército francés sufrió en 1356 cerca de Poitiers una derrota aún más humillante y años más tarde, en 1415, una nueva masacre en la batalla de Agincourt, Inglaterra no estaba en posición de salir victoriosa de la Guerra de los Cien Años, pero el mundo contaba con una leyenda heroica más.

[kronusentra.jpg]El arco largo inglés aviva actualmente la imaginación de gente interesada por la historia. Aquí se mezclan imágenes de Robin Hood junto con verdades a medias y anécdotas relatadas una y otra vez. Se puede leer que un sólo arquero mataba en la batalla a cientos de enemigos, cuando no miles. Los aficionados creen además que las flechas podían penetrar no solamente cotas de malla, sino también armaduras. Una de las historias más fatales y más divulgadas fue puesta en circulación por el hijo de Napoleón III cuando afirmó que un arquero podía hacer 12 lanzamientos en un minuto a una distancia superior a 200 metros, fallando solamente una vez su blanco. Un historiador -lógicamente inglés- se aventuró en su entusiasmo a aseverar que también en el siglo XVIII el arco largo hubiera podido ser decisivo en las batallas, y que de haber contado con ellos, los arqueros ingleses habrían causado un masacre entre sus adversarios en Waterloo. En su publicación de la editorial Osprey sobre los arqueros, este autor compara la fuerza y rapidez de las flechas con las balas del fusil Lee Enfield del inicio del siglo XX.

Si, como resultado de tales habladurías, uno se pregunta por qué se renunció a un arma tan milagrosa, se suele leer que quizás pudo olvidarse la técnica, que faltaban los reclutas o la madera adecuada. Otros buscan las razones en la ignorancia de los generales, que no quisieron darse por enterados de que el arco largo era muchísimo mejor que la lentitud de fuego del arcabuz que, como todo el mundo sabe, además fallaba habitualmente el blanco. Naturalmente siempre hay generales incapaces, pero en las guerras del renacimiento fue probado casi todo lo que existía en nuevas armas y técnicas, y aquellas que no evolucionaron con la suficiente rapidez desaparecieron en su mayoría del escenario.

A pesar de ello, es indiscutible que el arco largo inglés era una arma formidable y muy propia de los mercenarios. Después de sus espectaculares resultados durante la guerra de los Cien Años, otros poderes militares contrataron a los arqueros ingleses, por lo que se les encuentra en muchas batallas en Europa hasta el siglo XVI. Así, sigue siendo interesante ocuparse en detalle de la historia de esta arma.

El problema fundamental de los arqueros es que necesitan una larga experiencia y mucha práctica. No se les puede entrenar rápidamente, por lo que hay que buscarlos allí donde este arte bélico forma parte de la cultura. Precisamente los pueblos sedentarios tenían que reclutarlos entre sus vecinos seminómadas. Famosos son los arqueros nubios en los ejércitos de los faraones. Entre los griegos encontramos a los escitas y a los arqueros de Rhodos, donde esta habilidad era tradición. También los romanos utilizaban a estos especialistas provenientes de sus provincias orientales o a extranjeros.

En la literatura de la Edad Media encontramos múltiples menciones al arco, y hasta se le puede ver representado en imágenes, pero se lee muy poco sobre su uso en grandes batallas. Tuvo un papel clave en la batalla de Hastings (1066), donde los normandos lo utilizaron para debilitar el muro de escudos de los anglosajones que no podían romper con su caballería. También fué decisivo en los ejércitos del emperador Federico II, en manos de los sarracenos reclutados en Sicilia y asentados en la colonia militar de Lucera. La razón de la estima de Federico a sus sarracenos, sin embargo, no queda clara: ¿eran sus habilidades como arqueros o su fiereza en la lucha contra el papado lo que les hacía tan queridos?

Lo interesante es que, sin embargo, los arqueros no conseguían establecerse como cuerpo militar permanente. Tanto los succesores de Guillermo el Conquistador como los de Federico II renunciaban completamente al uso de arqueros o preferían tomar a ballesteros en su lugar. La situación era algo distinta en el este, donde Constantinopla había aprendido estimar esta arma de sus adversarios en las guerras contra los turcos, alintando arqueros a caballo de los Balcanes o a turcos. Durante las Cruzadas, los europeos occidentales aprendieron que también necesitaban armas de largo alcance para mantener a los jinetes enemigos a distancia. Ricardo Corazón de León, el cruzado más famoso, volvió de allí como acérrimo defensor de la ballesta.

La ballesta sacó gran provecho de las Cruzadas. Sus flechas tenían más fuerza y, sobre todo, no necesitaba tanta práctica ni habilidad como el arco largo. La ballesta se estableció como arma propia de las milicias de las ciudades y de los marineros, y así se encontraban fácilmente especialistas en los puertos de Catalunya, el norte de Italia o Flandes. El reclutamiento de arqueros versados planteaba más dificultades. No hubo en mucho tiempo una región específica a donde dirigirse, aunque esta circunstancia cambió durante la conquista de Gales (1278-1284) por los ingleses, cuando tuvieron que enfrentarse a la popular versión galesa del arco largo. Quizás debiéramos apuntar aquí que la participación de arqueros ingleses en las Cruzadas es en gran parte pura fantasía, ya que aprendieron esta técnica cuando las Cruzadas ya habían llegado a su fin.

Los galeses eran tenidos por bárbaros salvajes y se habían defendido con éxito de los angolsajones y los normandos, con el resultado que la población poco hecha al feudalismo aún no había olvidado el manejo de sus armas tradicionales, como los habitantes de las montañas suizas o de Aragón. Utilizaban el arco largo para la caza- privilegio exclusivo de la nobleza en regiones feudales-, y también en sus numerosas querellas internas en las que se utilizaba como arma principal por no tener otra cosa a mano a causa de la pobreza del pais. Con el tiempo los galeses habían aprendido a cortar el arco de un tronco de tejo de tal manera que esta madera de corazón muy duro y la albura flexible quedaban unidos, consiguiendo un efecto parecido a los arcos modernos para los que se encolan capas de diversos materiales.

Cuando el rey Eduardo I inició la conquista de Gales, se vió confrontado enseguida con una guerra de guerillas perversa. El terreno montañoso y sus muchos bosques no eran adecuados para las cargas de la caballería pesada y, sobre todo, los galeses no pensaban ni de lejos en presentar batalla contra un ejército inglés mucho mejor armado. Lo suyo eran los ataques de sorpresa, y si tenían que enfrentarse de frente a fuerzas muy superiores solían retirarse a las montañas y adentrarse en los bosques. Durante estas escaramuzas utilizaban con gran eficacia el arco largo.

Después de las primeras derrotas el mismo Eduardo empezó a reclutar galeses, lo que no le resultó dificil gracias a las numerosas peleas entre los muchos clanes y familias. No obstante, parece que al inicio Eduardo apreciaba más su familiaridad con el terreno y sus bajos sueldos, ya que seguía utilizando aún a muchos ballesteros mucho más caros que los galeses. Pero gracias a la experiencia acumulada en muchos años de escaramuzas y sitios, los ingleses aprendieron desplegar una combinación excelente de sus hombres de armas y arqueros galeses. Esta táctica se demostró tan eficaz, que también los ingleses empezaron a construir arcos largos y a entrenarse en su uso. Tras la derrota y conquista de Gales, esta misma tierra se convirtió en una provechosa fuente de arqueros para el ejército inglés.

Eduardo les puso en acción muy pronto, cuando en 1292 empezó con el sometimiento de la Escocia rebelde. Los escoceses habían aprendido, durante su rebelión, estrategias de defensa muy efectivas contra las cargas de la caballería, organizándose en grandes grupos de piqueros – llamados «schiltron» -. Bajo el mando de William Wallace aún pudieron derrotar un ejército inglés cruzando el rio Stirling. Tan sólo un año más tarde, en Falkirk, los schiltrons escoseses fueron tan diezmados por los arqueros galeses de Eduardo, que no resistieron el ataque de la caballería. Este estrategia victoriosa se repitió en bastantes ocasiones hasta el siglo XVI. No obstante, al examinar los grandes éxitos del arco largo en las guerras de Gales y Escocia, no se debe olvidar que estos grupos disponían de muy poca armadura. Algunos llevaban cotas de malla, pero la gran mayoría no tenía más que escudos y túnicas alcochadas.

De cualquier forma, el arco largo había probado su eficacia como arma. Y aún más importante era la experiencia que los ingleses habían adquirido a lo largo de estas guerras en lo que refiere a la combinación de armas diferentes. No obstante, cuando empezó la guerra de los Cien Años, Eduardo III buscó el apoyo de caballeros mercenarios y recurrió solo en última instancia a los arqueros cuando ya no pudo pagar los altos sueldos de los caballeros. Con las espectaculares victorias de Crécy y de Poitiers, ésto cambió y los arqueros pasaron a ser muy solicitados. Aunque el arco inglés no era una arma milagrosa. Se sabe que sus flechas podían penetrar cotas de malla en el siglo XIV. Pero con armaduras la cosa cambia. Claro que también había aquí grandes diferencias de calidad, y parece claro que un duque se protegía con algo mucho mejor que el último escudero de su escolta, que debía contentarse con los peores y más anticuados modelos de armadura. En un dibujo de la batalla de Mühldorf (1322) se pueden ver claramente las distintas armaduras, y también los cascos cónicos (barbute) que dejaban la cara sin protección.

Si, como ocurrió en Crécy, grupos de unos cientos caballeros atacaron constantemente una posición de 6.000 arqueros, que a su vez disparaban 12 veces al minuto sin casi nunca fallar el blanco, ¿Cómo pudieron estos caballeros penetrar en las líneas inglesas si las flechas eran tan mortales?. En la batalla de Poitiers la mayor parte de los franceses atacó a pie, y solamente dos grupos, cada uno de entre 200 y 250 hombres bajo el mando de Clermont y Audrehem, formaban la vanguardia de caballos acorazados. Los ingleses disponían de 2.000 arqueros y habían tomado posición detrás de unos setos impenetrables para la caballería. Sin embargo, algunos de los caballeros de Clermont consiguieron llegar hasta los setos, donde fueron frenados en un camino estrecho por los hombres de armas ingleses a pie. El otro grupo frances pasó por el ala izquierda de los ingleses. Una crónica inglesa relata: «La caballería francesa estaba bien protegida por placas de acero y gualdrapas de cuero, de modo que las flechas o bien se rompían o bien rebotaban hacia el cielo, cayendo tanto sobre amigos como enemigos.» Los arqueros solamente tenían algun éxito cuando los franceses ya habían pasado y podían disparar hacia los costados menos protegidos.

El historiador Jonathan Sumption, a quien estimamos como el mejor especialista de esta materia, concluye: «El arco largo, la clave en la mayoría de las victorias inglesas en el siglo XIV, tuvo (en Poitiers) un papel relativamente menor. Los arqueros fueron bastante eficientes contra el ataque inicial de la caballería francesa y durante la fase final, cuando los franceses fueron arrojados colina abajo de Audley y del Captal de Buch. Pero fueron mucho menos eficientes contra los hombres a pie que contra los caballos.»

En la descripción de la batalla de Auray (1364) Sumption es todavía más explícito: «A pesar de su gran número, los arqueros ingleses aportaron casi nada al éxito de la batalla. Las flechas nunca fueron tan eficientes contra los hombres a pie como contra los jinetes, cuyos caballos no llevaban armadura y se asustaban fácilmente. Los franceses también mejoraron poco a poco su manera de luchar a pie y aprendieron a protegerse mejor. Du Guesclin adelantó a sus hombres bien acorazados en densas filas bajo un techo de escudos. Froissart relata que los arqueros tiraban al suelo sus arcos, con los que no habían conseguido nada, y se lanzaban al combate.»

La viñeta recrea la figura de un Arquero Borgoñes en plena batalla alrededor del año 1475.   La importancia significante de los arqueros era táctica. En una unidad bien comandada, los arqueros forzaban al enemigo a renunciar a uno de sus medios bélicos más importantes: la carga de la caballería pesada. También a pie los caballeros, cada vez más acorazados, perdían mucha de su movilidad – y más de uno murió sin ninguna herida asfixiado a causa del calor en su armadura-. Ésta era la ventaja de los arqueros cuando entraban en la lucha cuerpo a cuerpo, donde tenían que enfrentarse a enemigos mucho mejor armados. Los atacaban con espadas, navajas largas y martillos, en vez de disparar con los arcos a corta distancia, lo que no hubiera representado ningún problema con un fusil. Así, se puede suponer que los caballeros en las armaduras estaban relativamente bien protegidos contra las flechas. Existen algunos relatos en donde se cuenta de las ejecuciones de arqueros que habían huido del enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Por todo ello no corresponde atender a las exageraciones que pretenden hacer creer que mataban a sus adversarios como a conejos. Disparar era tan sólo una parte de su tarea, después tenían que estar dispuestos a luchar y resistir como infantería ligera.

En gran parte, los arqueros ingleses también deben sus éxitos a la arrongancia de la nobleza francesa, que prefería lanzarse de inmediato sobre sus enemigos sin ninguna táctica o disciplina. Las batallas de Nájera (1367) y Aljubarrota (1385) demostraban que los castellano no lo hacían mejor. La sangrienta derrota de Nicópolis contra los turcos durante la Cruzada en 1396 también fue causada por la misma ignorancia. Para la nobleza no era fácil aceptar que la guerra había alcanzado tal complejidad que requería la colaboración entrenada de diversas armas. Cuando los franceses aprendieron esta lección, consiguieron en Formigny en 1450 tan sólo con dos cañones pequeños descolocar a los arqueros ingleses de sus seguras posiciones y atropellarlos con la caballería. Las bajas franceses se estiman entre 200 y 300 hombres, a pesar que enfrente tenían unos 3.000 arqueros y 800 hombres de armas a pie.

Archivo:Battle-poitiers(1356).jpgAunque la guerra de los Cien Años fué el escenario principal para los arqueros ingleses, muchos de ellos buscaron su fortuna como mercenarios en otros conflictos, sobre todo cuando sus contratos acababan en los períodos de paz. En 1360, cuando Francia y Inglaterra pactaron una larga tregua, grandes grupos de mercenarios sin empleo se dirigieron a Italia, donde casi siempre encontraban una que otra guerra entre ciudades ricas. Pero en Italia ya no tenían que enfrentarse a la ignorante caballería francesa, sino a compañías de mercenarios profesionales. Por ello fueron rápidamente derrotados por la compañía “De la Estrella”. El cronista italiano Filippo Villani alaba de los ingleses sobre todo sus armaduras pesadas, que habían traído de Francia y que eran algo relativamente nuevo en Italia. Para asustar a sus enemigos, los sirvientes tenían que dar brillo a estas armaduras, lo que les valió el sobrenombre de «Compañía blanca». En cambio, en su relato acerca de los famosos arqueros cuenta: «Se experimentó que sus mejores asaltos los hacían de noche y robando, y que resistieron en la batalla. Pero su éxito se debía más a la cobardía de nuestra gente que a su propia bravura.»

También el poderoso duque de Borgoña Carlos el Temerario reclutaba arqueros ingleses a miles para sus guerras. No obstante, sus ejércitos fueron aplastados en Granson (1476) y Morat (1477) por la infantería suiza sin ofrecer mucha resistencia. Nadie pretende que un suizo tuviera mejor armadura que un caballero, pero a pie era mucho más ágil. En la última batalla de la guerra de las Dos Rosas cerca de Stoke (1487), unos 2.000 lansquenetes y suizos casi consiguieron una victoria parecida contra fuerzas de arqueros y hombres de armas bastantes superiores. Sin embargo, los ingleses todavía gozaban del esplendor de sus grandes victorias, y estaban seguros que cada uno de ellos valía como mínimo por 20 franceses. Cuando Enrique VIII trató repetir sus fulgurantes victorias en su invasión a Francia en 1544, tuvo que comprobar que sólo con sus legendarios arqueros no podría conseguir nada, sino que debía reclutar a miles de lansquenetes, arcabuceros españoles y mercenarios de otros muchos países. Su hija Isabel I actuó en consecuencia y, por decreto, excluyó al arco del reclutamiento. No obstante la discusión sobre sus ventajas y desventajas continuó en Inglaterra hasta el final del siglo. En 1590 un defensor del arcabuz escribió que quizás las flechas asustaban más a los caballos, pero que los hombres se asustaban de las balas.