Este mandoble se caracterizaba, por encima de otros detalles, por consistir su guarnición en un arriaz avanzado sobre la hoja, constituido por dos brazos simétricos rematados en volutas ornamentales (con frecuencia en un trébol de cuatro hojas) que forman un vértice triangular diseñado, configurando un potente gavilán que posibilitaba a los que las esgrimían, y que no podían protegerse con un escudo, realizar acciones de detención del arma oponente.
Las claymore superaban con facilidad los cuatro pies de longitud (el metro y veinte centímetros) sobrepasando 1,5 Kg de peso, siendo utilizadas y desarrolladas por los highlanders escoceses, a partir de modelos de espada de menor longitud, a las que se les realizaron modificaciones que las adaptasen al uso a doble mano, y finalmente adquiriendo los citados atributos que las hacían óptimas para bloquear los golpes de los enemigos.
La última batalla conocida en la que se utilizaron las claymore en considerable cantidad en un número significativo fue la Batalla de Killiecrankie en 1689
No debemos confundir estas espadas con el arma que el famoso William Wallace usaba en el combate, ya que en este caso se trataba de una tipología distinta a las claymore, más livianas, siendo la del héroe, en realidad, una Gran espada de batalla cuya dimensión exacta llegaba a 1,67 metros, debido a que estos mandobles de corte germánico solían igualar la estatura de su dueño.
Bastante uniforme en estilo, la espada se creó con una rueda de pomo a menudo cubierta por una tuerca en forma de media luna y un guardia con, por debajo de pendiente que termina en los brazos rectos cuadrifolios y langets corriendo por el centro de la hoja de la guardia.
Otro estilo común de Claymore a dos manos, aunque menos conocida, fue la "concha de almeja empuñadura" Claymore. Tenía una guardia que consistía en dos brazos curvados hacia abajo y dos grandes, redondos, platos cóncavos que protegía el grip. Fue nombrado así porque la guardia redonda se parecía a una almeja abierta.